El sector de café está evolucionando a pasos gigantes. Ha sido un desconocido en el mundo gastronómico y hoy en día nuestras ciudades están inundadas de cafeterías de especialidad. Consumimos café por la cafeína, el ritual social que conecta o para la experiencia sensorial. El café nos ofrece la posibilidad de descubrir el paradigma del mundo sensible.
La primera experiencia sensible que muchos tenemos del café es el ritual de degustar. Cuando pruebas por primera vez un café con sabores a caramelo y chocolate, o incluso frutas, puedes percibir la divinidad de esta bebida. La experiencia sensible empieza cuando estás presente en acto de probar, con todos los sentidos, el oído cuando lo preparas, la vista, el olfato, el gusto y el tacto cuando lo degustas. Poco a poco se despierta un nuevo sentido al disfrutar su café.
La industria del café ha evolucionado de manera impresionante en los últimos años. El café convencional, basa su comercialización en el precio y calidad dictado por la bolsa. El café certificado implementa unas pautas de conducta a nivel social, económico y medio ambiental pero son anticuadas e irrelevantes en un mundo en el que los consumidores estarán en contacto directo con los productores. El café de especialidad está basado principalmente en la ausencia de defectos físicos y en puntuaciones por la calidad sensorial, pero sigue excluyendo una parte importante del mercado.
El nuevo paradigma del sector de café está integrando de manera sensible todo lo que genera impacto positivo. Regenerando el sistema económico, medioambiental e impactando positivamente la vida de todas las personas involucradas en la cadena del café. Esta manera de financiar, cosechar, producir, comercializar, transportar, empaquetar, tostar, preparar está llegando cada día a mas consumidores sensibles.
El futuro es #cafesensible