El origen del café es incierto. Según los registros oficiales, su historia comienza en el siglo XIII, aunque leyendas la remontan a varios siglos atrás. Con el paso de los años, el café se ha convertido en una bebida casi indispensable para millones de personas. Para unos, un potenciador con el que hacer frente al día a día. Para otros, un ingrediente más en su tabla de “bebidas saludables” para cuidar de su salud. Por último, están los que les gusta el café no solo por su gusto, sino por las diferentes combinaciones posibles con otros elementos que ayudan a que tenga un sabor exquisito. Todo esto es conseguido por una persona especializada que recibe el nombre de barista.
Café solo, largo, con leche, con sabor a frutos secos… Para el consumidor común, es como si todos esos sabores y combinaciones siempre hubieran existido. Y nada más lejos de la realidad. Ha sido gracias al trabajo de los baristas que se ha podido descubrir todas esas combinaciones, y nuevas que aparecen cada año. Incluso se hacen competiciones, a nivel mundial, entre los mejores baristas de cada país para que presenten sus innovaciones.
Si vas a trabajar en el sector de la hostelería, y nunca has trabajado con una máquina profesional, no te quedes solo con el: “le preguntaré a un compañero como funciona”. Antes de empezar a apuntarte a ofertas de empleo, tendrías que plantearte el hacer un curso de barista.
¿Qué es exactamente un barista?
Un barista es aquel profesional especializado en el café de especialidad, que trabaja creando diferentes y nuevas bebidas basados en él. Para ello, utiliza diferentes tipos de leches, esencias, licores… Así como también es el responsable de la presentación de dicha bebida, la cual puede complementar con el arte del latte.
Así pues, toda persona que trabaje en el sector de la hostelería, y se dedique a servir cafés, ¿es considerado un barista? Sí y no. La persona encargada de los cafés, en la mayoría de los casos, se limita únicamente a preparar el café que le han pedido, sin experimentar y sin intentar comprender el funcionamiento de la máquina que tiene ante él. En cambio, un barista no se limita a darle a un botón: comprobará el agua, el nivel de pH, la forma correcta de moler el café… Al mismo tiempo que tendrá en cuenta las diferentes formas de preparar el café; al estilo turco, una cafetera italiana…
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¿Sabes los hosteleros sacarles el máximo partido a sus máquinas de café?
Cafeterías, restaurantes, hoteles… hay más de 300.000 máquinas especializadas en la preparación de café repartidas en negocios de España. Sin embargo, muy pocos sitios saben sacarle el máximo partido a una maquinaria tan avanzada y especializada en la preparación de café. Y muchos más reducidos son los establecimientos en los que trabajan el uso de dicha máquina como una profesión.
No es extraño ver como el uso de esta maquinaria acaba derivado a la preparación de un muy sencillo, lo que podríamos catalogar como desaprovechamiento de su potencial. ¿Es culpa de los responsables del local o de la persona encargada de la preparación de los cafés? Ni mucho menos. Parte de la responsabilidad recae también en los responsables de su creación: los italianos. Han sabido vender la máquina de manera eficiente, pero han olvidado explicar cómo funciona. Cómo consecuencia, cada persona interpreta su funcionamiento a su manera.
Esto es un factor muy negativo para un negocio, pues el resultado final son cafés con mal sabor, demasiado aguados o que a los clientes no les dicen nada. El barista no se limita solo a hacer el pedido, debe saber cómo elaborarlo correctamente.
¿Cómo beneficia servir un buen café a un negocio?
Servir y tomar café se ha convertido en una actividad muy rutinaria en los locales de hostelería. No obstante, ¿qué efecto tendría el servir un buen café a los clientes?
- Al servir un buen café al cliente, este querrá volver a nuestro local para repetirlo. Cuando pase por la puerta, recordará el sabor, lo que lo animará a tomarlo de nuevo.
- Del mismo modo que se ha de escoger el vino adecuado para acompañar según que platos de comida, con el café sucede exactamente lo mismo. Un barista profesional, en base a lo que haya comido el cliente, puede recomendarle un tipo de café que le ayude a terminar disfrutar de la experiencia de una forma sabrosa.
- Limitarse exclusivamente a los clásicos tipos de café delimita mucho la cartera de clientes, puesto que cada vez son más los que tienen cafeteras en casa y pueden hacérselos a un precio menor. Ampliar el abanico de posibilidades, ayudará a atraer nuevos tipos de clientes.
¿Por qué tendrías que hacer cursos de barista?
Cómo si de una moda se tratase, cada vez son más los hosteleros que abren “locales de café de especialidad”. Invierten miles de euros en la maquinaria necesaria, en crear un ambiente agradable y acogedor, diseñan una carta perfecta… Y, sin embargo, la mayoría acaban fracasando en el intento.
¿Cuál es el motivo? En primer lugar, hay que comprender que la gente no está acostumbrada a un café tan especializado. La mayoría están acostumbrados a los estilos sencillos, y lo nuevo les puede echar un poco para atrás. Esto hace que no comprendan del todo lo que es “un café especializado”.
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Si se desea servir un buen café a un cliente, tienen que cumplirse tres condiciones:
- Que el grano del café haya sido trabajado, en su país de origen, de la forma correcta.
- Al tostar el grano, debe hacerse en las condiciones óptimas.
- Contar con un barista especializado.
Es en esta última dónde más suelen fallar los negocios. Hay que contratar a una persona con la formación adecuada, porque si no, el cliente no percibirá el valor añadido del café, no viendo razones para volver a dicho local.
Así pues, para triunfar con un negocio especializado en café se precisa de una persona que sepa como regular los molinos, como usar la máquina de café y, sobre todo, que sepa sacarle el máximo partido al producto. ¿En caso contrario? Los clientes no verán la diferencia entre ese café especializado y uno normal, desistiendo de querer experimentar cosas nuevas. Todo ello afectará negativamente a la ilusión y las metas. De hecho, no son pocos los negocios que tenían la ilusión de convertirse en un referente en el mundo del café y han acabado siendo locales en los que sirven los cafés más comunes, o que, tristemente, se han visto obligados a cerrar.
¿Cuál es el camino a seguir en tu formación como barista?
Al buscar por Internet es posible que te encuentres con cientos de cursos sobre formación para ser un barista, tanto online como presenciales.
Sin embargo, ¿qué camino debes seguir para formarte como tal? Nuestro consejo: comienza con un curso online. ¿El motivo? En los cursos presenciales no es solo que vayas a trabajar el producto, sino que, además, se usarán tecnicismos, se hablarán sobre temas de los que seguramente no tengas conocimientos.
Así pues, antes de lanzarte a un curso en presencial realiza un par de ellos en modalidad online. Tómatelos con calma, estudia el temario, quédate con los conceptos… Tras finalizarlos, busca el curso presencial que mejor se adapte a tus necesidades. Dedícale tiempo a tu preparación, a comprender el funcionamiento de las máquinas de café, conocer todo el proceso de elaboración de los diferentes tipos… Y así, es como te convertirás en un buen barista.
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